viernes, 11 de mayo de 2012

La sociedad de los apetitos

 

Esta mañana mientras desayunaba, me puse a reflexionar, lo cual no es bueno porque piensas, y pensar no trae nada bueno. Estaba viendo la televisión y los anuncios, y veía cómo anunciaban galletas sin azúcarez, yogures sin calorías, embutido sin grasa, coca-cola zero, coca-cola light, margarina, mayonesa ligeresa, etc... y me di cuenta de que todo ello era estúpido. Resulta que hacen todo lo posible para que la gente compre y compre, gaste y gaste, coma y coma todo lo posible y que no le engorde. Lo razonable sería moderarse en la alimentación, comer menos. Pero no; te venden todas esas farsas con el nombre de alimentos, y de lo que se trata es de seguir comiendo lo mismo, pero que no te engorde, que sea inocuo. El colmo es la Coca-cola zero, que no lleva absolutamente nada, pero sabe "igual" que la coca-cola original. Entonces...¿qué demonios estoy bebiendo?. Nos venden aire para poder seguir con nuestros hábitos alimenticios enfermizos, y seguir comiendo. Porque lo gracioso es que éstos productos no sólo los come gente delgada que no quiere que un  yogur se le baje a las cartucheras, porque en todo el día no se mueve (claro, cómo demonios se va a mover, si del trabajo a casa y de casa al trabajo en conche); sino que los come gente gorda, que sigue comiendo igual, pero prductos dietéticos. ¿entienden los lectores a qué me refiero? ¿la estupidez que es eso?
La sociedad de los apetitos..."no se preocupe, que puede seguir comiendo todo lo que quiera, que no le va a engordar nada"; "no se preocupe, que va a poder consumir todo el sexo que desee porque con nuestra oferta de gimnasio perderá esos kilos que le sobran, y le gustar´a todo el mundo"; "no se preocupe que va a poder seguir consumiendo las vergüenzas de los demás, porque la televisión es hoy más basura que nunca". Apetito de comida, de sexo, de belleza, de desgracias, de dinero, de éxito, de poder, de vergüenza...ésta, es la sociedad de los apetitos en la que nos hacen vivir con hambre constante, para seguir consumiendo y que nuestras decisiones siempre, siempre, siempre, giren en torno a esa gran necesidad creada que es saciar nuestros apetitos.

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