domingo, 13 de mayo de 2012

Un año después del 15M

 

Ayer asístí a la manifestación que se convocó en Madrid, rememorando el 15M y exhibiendo nuevas quejas y peticiones. Acabé un tanto desesperanzado. Mi impresión personal e intransferible de la convocatoria es que fué un poco pobre en comparación con las pasadas. Después de que el estado paternalista nos diga cuándo tenemos que salir a quejarnos, cuánto debe durar y lo que podemos hacer, unas reglas que me hicieron sentir como a un hijo pidiéndole a su padre salir al parque, he acabado desanimado. "No nos representan", gritaban algunos manifestantes....pero han sacado mayoría absoluta. Las cosas no van a cambiar, porque tanto unos como otros continuarán perpetuando éste sistema esclavizante. Y cito a un amigo, que a su vez citaba una frase de "Yo Robot": "La única consecuencia razonable de la esclavitud es la rebelión". Es la única salida, con lo que ello conlleva.
Ayer más que nunca interioricé que nada de ésto va a cambiar, porque no tenemos ningún tipo de poder, nuestros papis de la patria tampoco, y sólo los poderes ocultos del mercado decidirán nuestras vidas.
Desde que nacemos, vivimos en un estado burocrático, en el que todos los pasos que demos desde que nos escolaricen son trámites, meros medios para llegar a ser una tuerca más. Ya ni la educación es un fin en sí mismo, sino como ya he dicho, un mero trámite; el colegio, es un trámite para ir al instituto, que es un trámite para ir a la universidad ó para estudiar una FP, y éstas últimas son trámites para poder tener una formación y llegar a la vida laboral, que ya ni siquiera tenemos asegurada. Y en el mejor de los casos, trabajaremos, y secundariamente estará nuestra vida. La familia, los amigos, la mujer, los hijos, los hobbies, las inquietudes, la serenidad y la salud serán elementos secundarios en nuestras vidas. Lo principal serán nuestras obligaciones, nuestro trabajo, cumplir con el deber para con éste sistema. Sin dinero no podemos vivir...no nos dejan ni respirar. Sin embargo al mecanismo de éste reloj, le trae sin cuidado que las relaciones haya que cuidarlas con tiempo, ó que en un momento dado, descansar pueda suponer la diferencia entre la salud y la enfermedad.
Y ahí estamos nosotros, envueltos en ésta nube tóxica que acaba con nuestras vidas. ¿Para qué vivimos? Especulan con nuestras almas, con nuestras esperanzas, con nuestro tiempo, que ellos mismos racionan. "Trabajas de ocho a tres, y consumes de tres a ocho", rezaba una pintada en unos cuartos de baño de la universidad. Nos sentimos ahogados. Y mientras, un montón de hombres trajeados absolutamente alejados de nuestra realidad, deciden el futuro de todos nosotros, entre carcajadas, concesiones y palmaditas en la espalda. Apretones de manos, mientras ayer nos manifestábamos en la calle. Y los jefes, seguros de sí mismos porque todo está diseñado para que nada cambie nunca, por lo menos por iniciativa popular. Ó peor aún, que parezca que ha cambiado.
La única salida para nuestra situación, es la rebelión. Y para ello debemos perder el miedo. Es muy difícil, pero hay que perder el miedo y decirles a esos perros que nosotros no jugamos más. Porque sus juegos le cuestan la vida a millones de personas en el planeta, incluidos nosotros. Vivimos en el estado de malestar.
¿Cuándo explotaremos?



Canción recomendada: Heaven
Artista: Emeli Sande

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